Nuestra historia comienza en un aula de la Facultad de Geografía de la Universidad de Sevilla, en la que una serie de desconocidos de todas partes del mundo tuvo la suerte de conocerse.

Algunos de ellos, los autodenominados "supervivientes", todavía resisten al paso del tiempo, y motivados por su afán de salir de la jaula de cemento en la que viven entre semana, cada poco, se juntan para hacer camino juntos. Caminando se disfruta más del viaje.

lunes, 11 de noviembre de 2013

La montaña como refugio II

Hoy en día, las personas que vivimos nuestra rutina en un ambiente urbano, también buscamos ese refugio que da encontrarse rodeado de terrenos escarpados y de bosques y maleza. Buscamos la sensación de estar protegidos del mundo, del ruido de la calle, del pasar de coches e infinitas personas, de los planes diarios, buscando ratos de soledad, o de compañía sin aditivos, sólo un grupo de personas y campo.
Escaladora en lo alto de una aguja de Piedra

Y en esas nos hemos encontrado en el puente de noviembre, de nuevo enclavados en mitad de varias zonas serranas, esta vez entre la zona del Tajo de los Gaitanes y El Chorro, y la Sierra de las Nieves. Por ambas zonas hemos disfrutado del contacto con la naturaleza y del placer de saber que ya no hay que subir más cuando llegas a la vera de un punto geodésico, o el goce de las vistas de un inmenso llano, cuando te asomas a un mirador en mitad de la sierra.

Vistas desde la cima del Huma.



Subiendo por la Escalera
El primer día realizamos la ascensión al pico del Huma desde la estación de tren del Chorro, a través de una escalera árabe tallada en la roca, y ascendiendo por un "camino" que recorre una falla en la piedra. Un geólogo disfrutaría esta ascensión como un enano. Siempre que se sube por una cuesta empinada se piensa (en cuanto a aspectos negativos) en lo que cansa, en el sol que está cayendo, o en cuándo acaba la parte más dura, pero realmente lo que más debería pesar es que después hay que bajarla, yo creo que todos los que llevamos muchos kilómetros de senderos a nuestras espaldas sabemos que se disfruta muchísimo más de una subida que de una bajada.
Y en efecto las rodillas iban dando avisos de fatiga, por la cantidad de metros de descenso. Aunque asumimos el dolor, no había otra. En ese punto o bajas, o bajas.

Y no nos podíamos ir de esta zona de Andalucía sin hacer una visita a la Sierra de las Nieves, un paraje que es el hogar del "otro" pinsapar de estas latitudes (el de Grazalema siempre se lleva la fama...), y que aloja unos bosques tupidos de pinos cuya humedad es impropia del sur de Europa. Claro, que esta ruta está mucho más transitada ya que tiene varios accesos en coche, por lo que perdió un poco en cuanto a la "soledad" que buscábamos. Aún así, y a pesar de las avispas , disfrutamos muchísimo de este camino entre el merendero de Los Sauces (al que accedimos en coche desde la localidad de El Burgo) y el mirador del Puerto del Saucillo, donde se tienen unas vistas espectaculares en las que al fondo se ve el mar y la ciudad de Málaga, pudimos incluso divisar barcos entrando y saliendo de su puerto. Éste es el punto de partida de un sendero que sigue hasta el pico más alto de la Sierra de las Nieves, el Torrecilla, pero hemos decidido dejarlo para un futuro envite. (¿Quién se apunta?)

Foto de grupo en lo alto del Puerto del Saucillo.
Pinsapo del Candelabro.

A todo lo que se ha contado hay que sumar otros aditivos como la compañía de otros seres que nos íbamos encontrando a lo largo de nuestras paseatas, como buitres que planeaban a escasos metros de nuestras cabezas, cabras monteses que descienden por fuertes pendientes como quien toma un refresco, algún pinsapo centenario o escaladores que ascienden por las paredes del Chorro cual lagartijas al sol, a veces con una facilidad pasmosa, mientras a nosotros, ya mantener la verticalidad nos costaba la misma vida....

 

Dos parajes singulares a los que merece la pena ir a echarles un ojo, y si encima , como fin de fiesta tenemos una barbacoa al sol, con un día estupendo, con hermosas vistas , guitarra, flauta, comida y la mejor gente, pues ya no se puede pedir más...

Fin de fiesta.
Nos vemos en la siguiente.
Cabra montés bajando por la ladera.


PD: Amigos sudamericanos emigrados, los que ya estáis y los que os váis, Pilar, Nola, Amparo, Javier, os echamos de menos en el camino y dentro de muy poco también va para allá Abel. Un abrazo amigos.

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